Un año más ASF se suma al resto de la sociedad civil para recordar que todavía nos queda camino por recorrer en la defensa de los derechos de las mujeres y la lucha por acabar con todas las formas de violencia que generan desigualdad.

Si algo nos han demostrado estos dos últimos años es que las crisis sociales y políticas no afectan igual a hombres y mujeres. Desde el inicio de la pandemia, las mujeres:

  • Han estado más expuestas al Covid: las mujeres representan el 70% del personal sanitario en todo el mundo y son mayoría en sectores como la alimentación y los servicios de limpieza. Todas estas profesiones han sido clave en la pandemia y sin embargo se caracterizan por su precariedad laboral.
  • Han visto cómo aumentaba su trabajo doméstico y de cuidados por el cierre de las escuelas y los confinamientos: pese a los derechos conseguidos, todavía son las mujeres las que realizan, en mayor medida, estas tareas.
  • Han perdido ingresos: según un estudio de la Asociación Mujeres Unidas Entre Tierras, un 40% de las trabajadoras del hogar en España se quedaron sin empleo por culpa del Coronavirus.
  • Han tenido que confinarse con su agresor: las supervivientes de violencia de género hemos visto nuestra situación agravada por la pandemia. Solo del 1 al 15 de abril de 2020 las consultas online al 061 subieron un 733,3% y las llamadas un 48%.

*Fuente: Ministerio de Igualdad

Los sistemas de opresión presentes en nuestra sociedad (patriarcado, capitalismo, colonialismo, extractivismo…) refuerzan y perpetúan la desigualdad de género, tanto en España como en el resto del mundo.

La inequidad entre hombres y mujeres se da en espacios privados y públicos, rurales y urbanos. En definitiva, en cualquier lugar en el que transcurre la vida. La desigualdad está en los hogares, en las calles, en los barrios, en las escuelas, en los mercados, los parques y en un largo etcétera.

¿Cómo, por quién y para quién están diseñados los espacios que habitamos?

¿Los vivimos y sentimos de forma igual todxs?

¿Están adaptados a las distintas necesidades de las personas?

Factores como el género, la sexualidad, la etnia, la edad, la clase, la religión y la diversidad funcional influyen en la experiencia que tenemos las personas en los espacios y en los trayectos de movilidad hasta llegar a ellos.

La función social de la arquitectura es muy importante porque:

  • Tiene en cuenta la diversidad de cada territorio y se adapta a las necesidades de las personas.
  • Diseña espacios mediante procesos participativos e integra las voces y experiencia de las mujeres sobre el entorno, muchas veces invisibilizadas.
  • Tiene en cuenta los distintos usos que se dan en los espacios, visibiliza temas como la seguridad personal, los cuidados de personas menores y mayores, la accesibilidad o la movilidad. Todo ello, aspectos que forman parte del día a día de las mujeres.
  • Somos seres dependientes del entorno que habitamos y debemos hacer un uso sostenible de los recursos de que disponemos.

Es por ello que en ASF enfocamos nuestros proyectos desde una perspectiva de género y de empoderamiento:

 

Seguimos organizadas y creando alianzas. Construyendo desde la diferencia y la diversidad para conseguir la igualdad real y efectiva de derechos local y globalmente.

Seguimos trabajando con y para las personas en la defensa del derecho a la vivienda, a la ciudad y al territorio. Para nosotras es la única manera posible.

¡Feliz y reivindicativo 8 de marzo!

8 marzo 2022
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